Desde el año
2002, las organizaciones venezolanas han tenido que enfrentar cada año la
continuidad de la inamovilidad laboral.
Independientemente
de las razones que ha considerado el gobierno nacional para renovar anualmente la
inamovilidad laboral, de igual manera las organizaciones deben prescindir de
cierto personal y tienen que acudir a recursos que representan todo un reto,
poniendo a prueba los principios y valores de los involucrados.
Muy poco se
habla de cómo influye esta situación en los procesos de selección de personal y
de su posterior y eventual desincorporación en una empresa de servicios
profesionales.
Se debe
destacar que los ejecutivos de las empresas exigen que las negociaciones deban enmarcarse
en un ámbito de máximo beneficio para la empresa, protegiéndolas de potenciales
situaciones legales. También cabe acotar que las empresas prestadoras de
servicios, están sujetas a mantener a su personal siempre y cuando tengan
clientes que la contraten.
A continuación
expondré algunos casos de retiro de personal con los que lidié en mi experiencia
como gerente de una empresa prestadora de servicios profesionales.
Caso 1.
En el primer
caso el empleado estaba inconforme con el estilo de liderazgo de su supervisor,
además consideraba que las solicitudes del cliente eran simples caprichos. Dado
que el empleado manifestó honestamente su posición y tras haber superado otras
actitudes similares en su desempeño profesional poniendo en tela de juicio las
decisiones del cliente, que además generaba la oportunidad laboral, acordamos la
ruptura de la relación laboral por dos razones: 1.- La razón pública no habían
vacantes disponibles en otros proyectos, 2.- La razón privada: ante una actitud
muy negativa para con el cliente no era un recurso al que la empresa quisiera
conservar.
Caso 2:
El segundo caso
es un empleado contratado por tiempo indeterminado que prestaba sus servicios
profesionales a un cliente que no renovó el contrato, dado que no existía un
proyecto inmediato al cual asignar el recurso, el empleado aceptó sin inconvenientes
la situación y decidió presentar su renuncia.
Estos casos
parecen sencillos pero son situaciones difíciles de manejar, ponen a prueba las
capacidades personales y profesionales de quien le da la cara al empleado, ya
que el empleado es sensible a las palabras y a la intención que se utilice en
las negociaciones, cualquier error en la comunicación puede desembocar en una
querella legal. Por otra parte, para las empresas es un alivio que el personal
entienda que su estabilidad laboral depende de la contratación de terceros y de
su desempeño en los previos del cliente.
Por Andrés Gonzalez
Emprendedor: Gerente de Proyectos.
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